La reencarnación es un hecho. El alma de todos los seres migra de un cuerpo a otro en una sucesión interminable de nuevas existencias, pero solo algunos elegidos pueden recordar sus anteriores vidas. Es el caso del joven Pérdicas y el inevitable Tracio, dos personajes enfrentados durante más de 2.000 años. De Grecia a Etiopía, de la crucifixión de Cristo a los tiempos de los califas, del reinado de Felipe II al Londres victoriano de Jack el Destripador. Dos almas, dos adversarios, que atraviesan el siglo XX sorteando bombas y genocidios hasta recalar en una Inglaterra dividida entre los ritmos del reggae y la música de David Bowie. Una persecución, el fruto de una promesa, y un viaje a las fuentes de la crueldad, pero también de la esperanza.
El ojo vago podría ser una novela de aventuras, un thriller histórico, un viaje espacio-temporal donde conviven todas las pasiones. Un relato irónico y un ingenio humorístico sobre nuestra propia existencia que nos deja una sabia lección:
«La vida no es sencilla para las gentes sencillas».

• Xandru Fernández nació en Turón (Asturias) en 1970. En 1990 publicó su primera novela, escrita en lengua asturiana, como el resto de su obra hasta el momento. Ganó en 1993 el Premio Xosefa Xovellanos de novela con El club de los inocentes, repitió galardón en 1999 con El suañu de los páxaros de sable y en 2011 con El príncipe derviche. Con Les ruines (2004) y La banda sonora del paraísu (2006) obtuvo el Premio de la Crítica a la mejor novela en lengua asturiana. Ha colaborado como articulista en varios medios (Diagonal, Les Noticies, Asturias24, El Cuaderno) y es autor también de varios libros de relatos y de poesía, y de numerosas traducciones (Kafka, Dürrenmatt, Rilke, Nietzsche) tanto al asturiano como al castellano.

Tras perder a su esposa por culpa de un conductor negligente, el cincuentón Ulises Roma se aísla del mundo en su piso y se abandona al alcoholismo. En medio de esta espiral de autodestrucción, hallará casualmente una agenda de tapas negras cuyo enigmático contenido le llevará a cometer un acto tan gratuito como imprudente. Un acto que le obligará a participar en una trama orquestada por un enloquecido doctor y que le arrastrará sin remedio hasta el crimen.
Una novela negra de tintes chestertonianos que se mueve entre la ironía y la acción, sin desdeñar el apunte truculento.

«Hasta que no te encuentras con alguien como Manuel Moyano no te das cuenta lo que echas en falta a este tipo de autores. Los que no preguntan si pueden pasar, los que no hacen sonar el timbre. Probablemente este autor ni espera que le abras la puerta: Moyano entra sin avisar. La agenda negra y su protagonista, Ulises Roma, se meten en tu sala de estar desde la primera línea y ahí se quedan. Hacen de cualquier día su peor día. Toman aquella decisión que ni aventuraste tomar porque era evidente que no era la correcta y siguen en su particular caída por la escalera larga y tortuosa. No hay nadie más peligroso que el que lo tiene todo perdido y busca la destrucción: ya sea en una nube de alcohol y rabia, lacerándose el corazón o metiendo las manos en el primer avispero que consideres digno de hacerte sentir vivo». (Carloz Zanón).

-- Manuel Moyano (Córdoba, 1963) vivió su infancia y adolescencia en Barcelona y desde 1991 reside en Molina de Segura (Murcia). Con El amigo de Kafka obtuvo el Premio Tigre Juan a la mejor primera obra narrativa publicada en España en 2002. Es autor de las novelas El imperio de Yegorov (Finalista del Premio Herralde 2014, Premio Celsius en la Semana Negra de Gijón y traducida al holandés) y La coartada del diablo (2006, Premio Tristana de Novela Fantástica). Ha publicado las colecciones de relatos El oro celeste (2003) y El experimento Wolberg (2008, Premio Libro del Año Región de Murcia), así como el libro de microrrelatos Teatro de ceniza (2011). Otros de sus títulos son: Galería de apátridas (2004), El lobo de Periago (2005), La memoria de la especie (2005) y Dietario mágico (2002), que es el resultado de un trabajo de campo sobre la curandería. Travesía americana (2013) narra un viaje en familia de una costa a otra de los Estados Unidos.

Los protagonistas de Nimius son objetos de la vida cotidiana. Pero a través de sus fotografías, bajo la creatividad de su mirada, García de Marina perturba su descanso para otorgarles significados diferentes y utilidades atípicas, en directa rivalidad con la esencia para la que fueron creados. El autor utiliza estos objetos, pero también los subvierte. Repara en la grandeza de lo mínimo y reivindica una nueva realidad desde la paradoja, la ironía, el humor, la irreverencia y la metáfora.
Nimio significa que algo es pequeño, insignificante, minucioso. Pero este adjetivo, procedente del latín nimius, fue utilizado hasta el siglo XVIII con un significado contrario al actual. Hasta entonces nimius nos presentaba conceptos y objetos grandes o excesivos. Sin embargo, debido a un error de interpretación comenzó a utilizarse con el significado vigente. Este juego de palabras con doble significado da título a la colección de fotografías que componen este libro. Un libro para reflexionar, donde se pueden rastrear referentes de otros autores que utilizaron el objeto como medio de expresión artística: Brossa, Madoz, Duchamp, Magritte, Man Ray, Jacques Carelman, Nancy Fouts, Meret Oppenheim o Kevin Van Aelst. En definitiva, Nimius es una invitación para volver a la infancia y recuperar los recuerdos de nuestra vida.


La formación del fotógrafo Jesús García de Marina (Gijón, 1975) es autodidacta. Este poeta de lo prosaico saltó en pocos meses de las redes sociales a las salas de exposiciones. En el año 2010 descubrió la fotografía y desde ese instante se sintió atrapado por esta forma de arte. Desde 2012 utiliza el objeto como forma de expresión y ha participado en diversas exposiciones individuales y colectivas. Una vertiginosa carrera de la que se ha hecho eco la prensa especializada internacional —Foto Cult (Italia), Photo+ (Korea), Foto 4 All (Rumanía) o El Correo Cultural (Venezuela)—, y medios de comunicación como RTVE, el programa de TVE2 La aventura del saber, el canal NCI o el Huffington Post, entre otros. Su insólita e irreverente creatividad le ha llevado en menos de un año a ser portada de la prestigiosa revista Arte fotográfico.

• Textos de José Benito Ruiz, José Luis Argüelles y Juan Carlos Gea.